«Cada vez que lo nombra es una descarga de bronca. Pensé que después de tanto tiempo ya se habría calmado; pero sigue muy enojado y eso me pone mal, porque con los muertos no se pueden arreglar las cosas».

Thiago tiene doce años y decide ir al colegio con una cuchilla. ¿Qué lo impulsa a tomar esa decisión? ¿Es por el maltrato que recibe de sus compañeros o hay algo más, algo que surge de su interior?
Así, mientras los miembros de su familia relatan fragmentos de su historia —un almuerzo, una salida de fin de semana, una escapada romántica—, emerge una trama de violencia y abandono que se transmite de generación en generación. Con
voces entrelazadas, Rodrigo Martínez Stupfler explora en esta novela las cicatrices de una familia rota y el impacto silencioso de las decisiones cotidianas.